OndasLasser.–  Si conocías a Hugh Hefner sabrás que su nombre estaba íntimamente ligado a un lugar: la mansión Playboy. Fue aquí donde Hefner dio sus famosas fiestas y fotografío a centenares de modelos con el traje de conejitas. La casa fue vendida en 2016 a Daren Metropoulos, hijo de un investigador multimillonario, por 100 millones de dólares, siendo la venta más grande que se registró ese año en Los Ángeles. No obstante, el acuerdo era que Hefner viviese en la casa hasta sus últimos días, como así ha sido.

La mansión está localizada en Holmby, cerca de Beverly Hills (Los Ángeles, California). No falta espacio para la diversión: 29 habitaciones, una sala de juegos, una sala de cine, una bodega, un campo de tenis y mucho más.

La entrada emblemática de la casa fue usada para muchos anuncios, series e incluso películas. Es verdaderamente única.  En su interior  tampoco faltaban los animales exóticos. No era solo una mansión, era un lugar de ensueño para un mundo de fantasía.

Como era de esperar, la m

ansión siempre estuvo repleta de caras conocidas y demás invitados.

Seguro que has visto la casa en algunas películas e incluso series, como «Sexo en Nueva York».

Era muy común que la mansión albergase todo tipo de eventos. Desde lanzamientos televisivos hasta combates de boxeo y cenas de gala.

Los cuadros de Hugh estaban distribuidos por toda la mansión, decorada de una forma clásica y elegante. 

Todas las piscinas que la rodean están acompañadas de fuentes elegantes que confieren un ambiente romántico y acogedor a la casa.

 

La mansión fue vendida en 2016 por 100 millones de dólares pero Hugh Hefner continuó viviendo allí, tras alcanzar un acuerdo con el nuevo propietario por el que pagaría un millón de dólares por cada año que pasase en la casa.

A veces Hugh se reunía con varias estrellas en el jardín de la mansión y llamaba a las conejitas.

La casa era utilizada para sesiones fotográficas, como esta con la playmate de 2013, Valerie Keil.

Varias celebridades acudieron a las fiestas de aúpa que se desarrollaban en la mansión. Con un ambiente así, ¿quién podría decir que no?

Todo estaba siempre organizado hasta el más mínimo detalle, de manera que las veladas fueran irrepetibles.  Había de todo en el jardín, un espacio a la altura de la vida alucinante de Hugh Hefner.

La casa estaba lista para transformarse con la iluminación de los exteriores. Era un auténtico espectáculo de luz.  Es un hecho que la piscina era algo fuera de lo común. Seguro que satisfacía todas las necesidades de los invitados.

¿Has imaginado alguna vez poder ir al cine en la Mansión Playboy? Es posible, si tienes invitación. ¡Podrías ver incluso conciertos!

La casa tiene incluso una carpa gigante en el jardín para los días en los que las condiciones meteorológicas no acompañasen.

Este era el lugar donde Hugh Hefner trataba  sus negocios.  #OndasLasser  #VidaYGente  #PlayBoyMansion 

Fuente: www.msn.com

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